SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA
La salud sexual es definida por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) como "un estado de bienestar
físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad;
la cual no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad.
Para que la salud sexual se logre
y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos
y ejercidos a plenitud".
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) define la salud sexual como
"la experiencia del proceso permanente de consecución de bienestar físico,
psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad."
La Estrategia Sanitaria Nacional
de Salud Sexual y Reproductiva fue creada por resolución ministerial en el mes
de Julio del 2004
La salud sexual y
reproductiva están íntimamente ligados y son interdependientes.
La salud reproductiva se
define como el estado general de bienestar físico, mental y social de las
personas y no la mera ausencia de enfermedades o dolencias, en la esfera sexual
y reproductiva. La Salud Reproductiva incluye la capacidad de las personas para
tener una vida sexual segura y satisfactoria para reproducirse con la libertad
de decidir cuándo, cómo y con qué frecuencia hacerlo.
Este concepto implica el
ejercicio de una sexualidad responsable, basada en relaciones de igualdad y
equidad entre los sexos, el pleno respeto de la integridad física del cuerpo
humano y la voluntad de asumir responsabilidad por las consecuencias de la
conducta sexual.
La sexualidad y la reproducción
son parte intrínseca de la salud sexual y reproductiva. La sexualidad forma
parte de la vida de las personas durante toda su existencia y se desarrolla a
través de los años, sobre la base del conocimiento, valores, creencias y
costumbres de su entorno social.
La sexualidad es una realidad con
la que viven a diario todas las personas, trasciende lo físico (relaciones
sexuales); se traduce en las diferentes formas (conductas) que tienen las
personas para expresarse y relacionarse con su entorno social y constituye una
fuente importante de bienestar y placer tanto físico como mental, pero también
constituye uno de los ejes fundamentales sobre los que se construyen las
desigualdades e inequidades.
Mientras que la sexualidad está
presente y forma parte de toda la vida, la reproducción es la capacidad
temporal de procrear que tienen hombres y mujeres.
En la mujer, esta capacidad está
limitada a los días fértiles del ciclo menstrual, en el período comprendido
entre la menarquia y la menopausia, mientras que en el hombre esta capacidad es
más prolongada
El hombre y la mujer tienen
derecho a obtener información y de planificación de la familia de su elección,
así como a otros métodos para la regulación de la fecundidad que no estén legalmente
prohibidos, y acceso a métodos seguros, eficaces, asequibles y aceptables, el
derecho a recibir servicios adecuados de atención de la salud que permitan los
embarazos y los partos sin riesgos y den a las parejas las máximas
posibilidades de tener hijos sanos.
La atención de la salud
reproductiva es el conjunto de métodos, técnicas y servicios que contribuyen a
la salud y al bienestar reproductivos al evitar y resolver los problemas relacionados
con la salud reproductiva.
Incluye también la salud sexual,
cuyo objetivo es el desarrollo de la vida y de las relaciones personales y no
meramente el asesoramiento y la atención en materia de reproducción y de
enfermedades de transmisión sexual.”
Los derechos reproductivos abarcan
ciertos derechos humanos que ya están reconocidos en las leyes nacionales, en
los documentos internacionales sobre derechos humanos y en otros documentos
pertinentes de las Naciones Unidas aprobados por consenso.
Esos derechos se basan en el
reconocimiento del derecho básico de
todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de
hijos, el espaciamiento de los nacimientos y el intervalo entre éstos y a
disponer de la información y de los medios para ello y el derecho a alcanzar el
nivel más elevado de salud sexual y reproductiva.
También incluye su derecho a adoptar
decisiones relativas a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni
violencia, de conformidad con lo establecido en los documentos de derechos
humanos.
La
salud sexual y reproductiva abarca todo el ciclo de vida de las personas: desde
la vida intrauterina, infancia, adolescencia hasta la edad del adulto y adulto
mayor. La salud sexual y reproductiva de las personas, está en estrecha
relación con su entorno familiar, social y su medio ambiente, para alcanzarla y
conservarla se requiere de acciones de atención integral específicas y
diferenciadas tanto de promoción, prevención, recuperación y rehabilitación en
cada una de estas etapas, debido a que las necesidades en el área sexual y
reproductiva son cambiantes según las etapas del ciclo de vida.
El derecho y el ejercicio de una sexualidad responsable, basada en relaciones de igualdad y equidad entre los sexos, el pleno respeto de la integridad física del cuerpo humano y la voluntad de asumir responsabilidad por las consecuencias de la conducta sexual, son d vital importancia
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