PREVENCIÓN
EN BOCA DE TODOS
La boca juega un rol fundamental en nuestra salud y
bienestar general.
Por ello, mantener la boca sana es muy importante,
porque ello facilita que se realicen correctamente las distintas funciones de
la boca.
Como la función respiratoria, digestiva,
comunicación, sensorial y sensitiva,
La mejor manera de evitar problemas de origen bucal
es prevenirlos.
Conociendo sus causas podemos evitarlas.
La
odontología preventiva, parte de la odontología.
Es el
estudio o la ciencia que se encarga de la promoción de la salud bucodental para
evitar problemas como la caries o enfermedades periodontales.
Previniendo
complicaciones o intervenciones más invasivas sobre el paciente.
Prevención de la caries:
La caries dental es posiblemente la enfermedad más frecuente.
En los niños lo es, y podríamos considerar que la
infancia es el grupo de prevención con mayor potencial.
Si la caries no se trata a tiempo, habrá problemas
para comer adecuadamente porque produce dolor, y éste también puede afectar el
sueño.
Además, las infecciones en la boca como la caries que
es una infección en el diente, pueden dañar al resto del organismo.
La caries dental es una enfermedad fácil de
prevenir, de tal forma que podemos evitar su aparición tanto en niños como en
adultos.
Hay cinco
pilares para la prevención de la caries a cualquier edad:
1)
Eliminación de la placa
bacteriana mediante una correcta higiene oral.
2)
Dieta e hidratación
adecuadas.
3)
Uso de fluoruros.
4)
Aplicación de selladores.
5)
Revisiones en el dentista
cada 6-12 meses.
Eliminación de la placa
bacteriana mediante una correcta higiene oral:
Los cuidados necesarios
para una buena higiene oral dependen de cada paciente.
Por ejemplo, la manera de cuidar la boca de un bebé no es igual que la de una persona de 30 años.
Por ejemplo, la manera de cuidar la boca de un bebé no es igual que la de una persona de 30 años.
Por ello también existen
multitud de armas preventivas para combatir la placa bacteriana y el desarrollo
de la caries.
Pero sí hay una pauta
común, es el objetivo es eliminar la placa bacteriana y los restos de alimentos
que puedan ser sustrato para la misma.
La técnica reina para ello
es el cepillado dental.
Desde el momento en el que
aparecen los dientes en la boca son susceptibles de caries.
A partir de la erupción del
primer diente, es cuando conviene empezar el cepillado.
Para los niños existen
cepillos especiales, mucho más pequeños y más suaves.
El cepillado debe realizarse
después de cada comida.
En bebés, o en ancianos
totalmente edéntulos, conviene utilizar una gasa húmeda para frotar las encías
y retirar restos de alimentos y placa dental.
Cuando se utilizan prótesis
removibles es muy importante cepillar éstas, con un cepillo que no sea el mismo
que se utiliza para cepillar los dientes que quedan en boca.
Se puede utilizar un
cepillo dental especial para dentaduras que es un cepillo dental de cerdas
duras.
Además de sumergir la
prótesis al menos una vez a la semana en un antiséptico como la clorhexidina al
0.2%.
Las fibras del cepillo
deben pasar por todos los recovecos de los dientes.
Para la limpieza entre
dientes llamados espacios interproximales puede utilizarse el hilo o seda
dental.
Como
complemento a las técnicas básicas de higiene dental (cepillado y seda dental)
existen métodos que son correctos pero nunca deben sustituir a los primeros
como:
- Pasta dental que da buen sabor y puede tener sustancias que favorezcan la salud dental y gingival, pero no es clave para un buen cepillado.
- Utilización de colutorios con sustancias antisépticas que eliminan superficialmente los microbios y mantienen la boca más limpia.
- Pero que es conveniente que no se utilicen durante periodos largos de tiempo excepto por prescripción del dentista.
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