LÁSER EN
ODONTOLOGÍA
El láser
dental es un haz de luz concentrado que, transmitido a través de una fibra
óptica, impacta de forma suave y pulsátil sobre una superficie, en este caso la
mucosa bucal o el diente.
Una clasificación simple sería los láseres de baja y alta potencia.
Una clasificación simple sería los láseres de baja y alta potencia.
Los
láseres de baja potencia son aquellos que van a ser utilizados, principalmente,
por su acción biomoduladora, analgésica y antiinflamatoria.
Los
láseres de alta potencia serán aquellos que producen efectos físicos visibles,
y que se emplean como sustitutos del bisturí frío o del instrumental rotatorio
convencional.
Básicamente
podremos utilizarlos para tejidos duros, como el hueso o el diente y para
tejidos blandos.
Hoy en
día son numerosas las aplicaciones en las que el láser puede utilizarse en
función del dispositivo que estemos utilizando.
Así, y en
forma de resumen lo podremos utilizar en las siguientes especialidades
odontológicas:
1.-
Odontología Conservadora; para la realización de caries o eliminación de obturaciones
antiguas.
2.-
Periodoncia; como ayudante al tratamiento de la gingivitis y
periodontitis debido a su alto poder bactericida, despigmentación gingival…
3.-
Cirugía periodontal: para realizar gingivectomías, alargamiento de
corona y como tratamiento coadyuvante a la cirugía de eliminación de bolsas.
4.-
Cirugía Bucal: para realizar cualquier extirpación de tejido
enfermo, debido a su capacidad de coagulación y en las que no se necesitará dar
puntos.
5.- Como
Terapia Biomoduladora para el tratamiento preventivo del dolor e inflamación
postquirúrgico de la muela del juicio, aftas bucales, herpes
labiales, tratamiento de la articulación temporomandibular, sensibilidad
dentinaria, etc.
6.- Blanqueamientos dentales: el efecto de la luz láser acelera la reacción química del gel que se aplica.
6.- Blanqueamientos dentales: el efecto de la luz láser acelera la reacción química del gel que se aplica.
Gran
mayoría de los pacientes se muestra realmente confortable durante el
tratamiento de hecho en parte de los tratamientos no es necesaria la
utilización de anestesia.
Sin embargo,
a veces puede haber cierta sensibilidad, cuando el proceso de caries está muy
avanzado, o bien cuando se tiene que profundizar más en el tejido.
En
ocasiones, con la aplicación de un gel anestésico es suficiente.
La utilización
del láser es completamente segura.
Sin
embargo, es fundamental la protección ocular con gafas filtrantes especiales
tanto del profesional, como del paciente y de la asistente.
El láser
no reemplazó completamente a la turbina,
puesto que cuando hay caries alrededor
de una amalgama, nos vemos obligados a usar la turbina para eliminarla.
Después,
se continúa con láser para eliminar el tejido cariado y cualquier residuo
bacteriano.
Tampoco
podemos prescindir de la turbina en trabajos de prótesis donde se necesitan
grandes tallados y donde
se necesite una textura lisa como lo es en la
preparación de una corona.
Las ventajas que tiene un diente arreglado con láser
frente a otro reparado con turbina, son muchas, entre ellas hay ventajas
biológicas, estéticas y psicológicas.
Dentro de
las primeras podemos mencionar que la acción del láser es sumamente puntual y
precisa, de modo que
no es necesario eliminar grandes cantidades de tejido
sano, como ocurre con el paso de una fresa girando a alta velocidad.
Además,
el tejido irradiado con láser queda esterilizado, lo cual garantiza que no
habrá recidivas de caries debajo de esa restauración.
Con
respecto a la estética, todas las cavidades tratadas
con láser se obturan con
materiales a base de resinas que endurecen bajo el efecto de la luz halógena,
las cuales se adhieren al diente un 50% más que en los casos no tratados con
láser.
Con
referencia a las ventajas psicológicas, el paciente acude relajado y tranquilo
al saber que no sentirá dolor, ruido ni pinchazos asociados al uso de la
turbina.
La luz azul que utilizan muchos dentistas no es
láser, el
aparato de luz halógena es un instrumento que sirve para iniciar el
endurecimiento de ciertos materiales de obturación. No tiene ninguna acción
sobre el diente, ya que se trata de una simple "lámpara".
El láser
dental está considerado como una “herramienta de nueva aparición”. Sin embargo
en Estados Unidos y Canadá, así como en Europa, Asia y Australia atienden a
miles de pacientes diariamente.
En
España, la incorporación del láser en la Clínicas Dentales es progresiva, pero
lenta, si bien aún es una tecnología que no supera el 10% de los profesionales
que la tienen.
Si la
ciencia y tecnología pueden conseguir resultados satisfactorios y éstos
coinciden con los deseos de nuestros pacientes, el objetivo está doblemente
cumplido.
Debido a
los efectos que producen sobre los tejidos, y de cómo los producen, hablaríamos
de una aparatología en la que ofrece un confort de trabajo tanto para el paciente
como para el profesional.
El objetivo
al incorporar esta nueva herramienta fue brindar a los pacientes, lo que
siempre estuvieron pidiendo: Odontología sin sufrimiento.
Fundamentalmente se espera del láser
la ausencia de ruido y vibración, como ocurre con la turbina y la tranquilidad
de tener tratamientos duraderos, estéticos y sin dolores post-operatorios.
En el
caso de pequeñas cirugías en las encías, disminuye notablemente el sangrado y la
inflamación, y por último, cabe destacar el hecho de que, en ocasiones no es
necesaria la aplicación de anestesia, con lo que nos ahorramos algunos
pinchazos.
Se considera que esta tecnología debe llegar a la mayor cantidad de gente,
por lo tanto, si bien el valor puede ser algo más alto que con los
procedimientos convencionales, habitualmente el profesional lo utilizará más
como una herramienta para aumentar el confort de su trabajo y para asegurar que
su paciente se encuentre más cómodo cuando le realiza el tratamiento con el
láser.
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