¿QUÉ ES UNA FISTULA INTRAORAL?
Una fístula es, por definición, la abertura en mucosa o piel de
una vía de drenaje que el propio organismo crea, para permitir la salida de
material purulento hacia el medio externo y permitir el drenaje natural de un
absceso.
La causa de las fístulas es, por lo tanto, un proceso infeccioso
que provoca una colección localizada de pus y exudado en alguna parte del
cuerpo.
En la cavidad bucal, la mayoría de las fístulas tienen su origen
en la necrosis de la pulpa con la consiguiente formación de un absceso
periapical o en abscesos de origen periodontal.
Asimismo, un buen número de fístulas en piel en la región facial
tienen el mismo origen.
La evidencia clínica de la fístula es una especie de "punto
blanco" o "grano (barro)" que al tocarlo elimina pus.
Este "punto blanco" usualmente se produce luego de pasar
por un periodo de mayor dolor o inflamación de la zona.
Al producirse la fístula el pus acumulado en el interior es
expulsado (no totalmente) hacia afuera, descomprimiendo y aliviando la zona
afectada.
La aparición de una fístula indica la existencia de infección en
el hueso.
La fístula es la comunicación de la zona infectada en el hueso con
el exterior y se suele manifestar como un puntito rojo o blanco en la encía.
Fístula formada a partir de un absceso dentario apical, propagado
a través del hueso alveolar hacia el seno maxilar, suelo bucal, bóveda
palatina, vestíbulo oral o piel
Las causas más comunes de aparición de una fístula son:
- Una periodontitis apical.
- Una fisura o fractura radicular.
La periodontitis apical, es causada por una pulpa enferma.
A partir de una pulpitis se puede necrosar la pulpa y si no
eliminamos el tejido enfermo de la pulpa, antes o después saldrán las bacterias
y sus productos de desecho (toxinas) a través de la raíz del diente.
El resultado será la inflamación e infección de los tejidos que
rodean la raíz (hueso alveolar y ligamento periodontal), causando una
periodontitis apical.
Con el paso del tiempo esta infección se extenderá formándose una
fístula.
Fracturas y fisuras
radiculares, son un mal pronóstico en endodoncia.
La fractura de una raíz condiciona mucho el tratamiento de
endodoncia.
Dependiendo de la localización será viable o no la conservación
del diente fracturado.
Las fisuras radiculares son más difíciles de diagnosticar ya que
la raíz aparentemente está intacta.
Estas se pueden localizar en el 1/3 inferior, medio, superior o
extenderse a lo largo de toda la raíz.
El tratamiento de un diente fisurado con sintomatología (dolor,
fístula, absceso) es lamentablemente en muchas ocasiones la extracción.
Una fistula dental debe ser tratada por un odontólogo, puede ser
de origen de un diente en mal estado, por lo que es necesario tratarlo.
Si con radiografías se ve un foco muy grande y a la vez hay
movilidad dentaria, lo indicado es realizar la extracción.
En la actualidad, el dolor de una pieza dentaria o la presencia de
una fístula ya no es motivo para extraerse los dientes.
En la cavidad bucal, la mayoría de las fístulas tienen su origen
en la necrosis de la pulpa con la consiguiente formación de un absceso
periapical o en abscesos de origen periodontal.
Asimismo, un buen número de fístulas en piel en la región facial
tienen el mismo origen.
En éste último caso, la O.M.S. las clasifica dentro de los
abscesos.
Abcesos periapicales
con fístula.
Además de la mucosa oral o piel, un absceso de origen dentario
puede llegar a drenar en senos maxilares o en la cavidad nasal.
El sitio de drenaje o fístula generalmente se presenta cerca del
diente afectado, la mayor parte por vestibular, en la encía insertada.
En ocasiones, cuando la raíz está muy inclinada hacia palatalino,
el drenaje puede producirse por el paladar.
Sin embargo, en ocasiones es posible observar fístulas que se
presentan a distancia de su sitio de origen, por lo que clínicamente se deben
de revisar todas las piezas dentarias y estructuras orales.
En el caso de fístulas extraorales de origen dentario,
aproximadamente el 80% de ellas se presentan debido a piezas dentarias
mandibulares.
Cuando están asociadas a incisivos mandibulares, pueden drenar por
el mentón, debajo de éste o en la cara anterior del cuello.
En el caso de que el origen sea un premolar o una molar
mandibular, el drenaje se puede presentar a nivel del cuerpo mandibular o en
las caras laterales del cuello o en la región inferior auricular.
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